Cuando viajas en un clásico

El fútbol mueve multitudes. Es, ha sido y será siempre así por los siglos de los siglos amén. Este nuevo post se inicia a las 3 de la tarde, con el sol en lo alto y el tao tao a todo a todo volumen. Se respira fútbol y eso es indiscutible. La combi no es ajena a la fiebre. Hoy no es un día cualquiera,"hoy hay clásico, carajo", me dice un hincha, calculo yo, de la edad de cristo. Su hijo y su nuera viajan adelante con igual número de Brahmas en la mano.

El clima de fiesta se vive a lo largo y ancho de esa inmensa caja metálica que va sobre cuatro ruedas por toda la Javier Prado. "¿Mi vieja no quizo venir?" pregunta escéptico el joven con el polo crema. "Esa que va querer, esa no quiere nada", responde su afectuoso marido. Inmediatamente nos alcanza otro bus semejante lleno de barristas del Alianza, quienes no pasan por alto las indumentarias merengues con las que viajan algunos transeúntes del bus vecino y no dudan en hacerles recordar la belleza y fisonomía de sus progenitoras.

El efusivo barrista sentado a mi lado deja su asiento y su quinta Brahma para pegarse a la ventana con una suerte de baile festivo, provocador y cachoso. El bus grone se queda atrás y todo vuelve a la calma. Tras unos segundos de aburrida paz, los buses vuelven a encontrarse y el alboroto regresa. La escena se repite una y otra vez mientras que yo, más divertido que nunca comienzo a imaginar lo que pasará cuando pasemos por el estadio. La respuesta a mi pregunta no tarda en llegar.

El bus frena con fuerza para que una turba de párvulos algo menores que yo atraviesen la calle con bocinas y bombos. Algunos no poseen ni polos ni instrumentos para hacer bulla, así que siempre puede servir como tambor el vehículo en que viajamos. Luego de terminar más manoseado y palmeteado que una vedette, el bus retoma su marcha en un tramo del camino en que no hay luz roja o verde que valga. La guerra está declarada, nos acercamos a la zona cero.

Nuestro efusivo hincha y su familia han dejado su brío inicial, saben que nuestros amigos de afuera podrían entrar para sacarlos como a pollos, matarlos y luego pelarlos, si bien no de plumas, de celulares, billeteras y cuanto implemento pueda comercializarse en la cachina.

En la gris calle, los policías lucen preocupados, saben que ellos son pocos y los hinchas muchos. Pero a la policía se la respeta, al menos hasta que no aparezcan las gallinas hijas de mala madre, los monos mal nacidos y otras perlitas que escuchamos mientras continúa nuestro viaje. No se habla de otra cosa. Un poco más atrás, un muchachito del ayer joven aún lee su “Ajá” con la respectiva calata en la portada mientras comparte con otro sabio de grises cabellos remembranzas de un tiempo pasado que fue mejor:

“Esos eran jugadores: Lolo, Puma, no los borrachosos, los ‘retrosensuales’, los maricas, todos esos que avergüenzan al fútbol, así no se festeja un gol, bailecitos, piquitos a dónde vamos a ir a parar, seguro vamos a ver de nuevo monos corriendo detrás de una pelota”, no puedo evitar reírme, en el fondo tiene toda la razón.


Intento abstraerme poniéndome los audífonos de mi mp3 subiendo el volumen, la sinfonía cumbiambera me ha llevado al hartazgo y luego de recibir la respectiva actualización de la agenda de presentaciones de los Hermanos Yaipén, decido olvidarme de todo a mi alrededor. Mi ensimismamiento dura tan sólo segundos, el bus aliancista ha vuelto a la carga esta vez pegado a mi ventana. Un muchacho de color serio comienza a golpear el vidrio dispuesto a reventarlo: ha comenzado el dichoso estribillo “¡Llora, llora, cagón!”.

Mi compañero de sitio salta hacia el pasillo para tomar más vuelo y alzar las manos en un ritual de agresión que viene de los tiempos de matusalén. El efusivo crema vuelve a recordar su juventud alzando las manos hacia el cielo y recordando a su agresor el exceso de melanina en su piel: “¡Negro de mierda!”

Siempre pensé que joder a un negro de negro es no sólo absurdo, sino también injusto, generalmente como todas las jodas que toman por base algo que no puedes cambiar de ti: cojo, retardado, pelado, vieja, infiel y otras irremediables condiciones de la patología humana. El sentido de toda agresión cachosa es recordarte algo que no anda bien en ti y que deberías cambiar porque tes es posible hacerlo. Pero no filosofemos, ¿en qué estaba?, ¡Ah!, sí, fútbol.

El chofer le pide al bailarín que se siente, pobre infeliz que no sabe de la emoción de vibrar en el preámbulo del combate de la escuadra de tus amores, condición que el danzante le recuerda con sutiles palabras alusivas a su condición económica y, otra vez, a su raza. Doblamos hacia Encalada y la guerra ha terminado, sin embargo la cerveza no. Al cabo de un buen rato, el fanático merengue se percata de mi presencia y me pregunta por el equipo de mi predilección, el cual compartimos. Ello le produce una notoria felicidad y me ofrece una cerveza helada a la que no me niego a aceptar.

Las regalías no terminan porque el cobrador parece haber escuchado mi respuesta. Hora de bajar, no me cobra, “La U es la U” me dice tambaleándose por el bamboleo del vehículo, guardo mi billetera sin evitar sonreír. Sé que no iré al estadio, pero la emoción de un clásico se vive dentro y fuera. Al transeúnte que no le guste, que pague su pasaje, que se quede sin chupar y que llore, llore, cagón.

3 comentarios:

Lolle dijo...

No pagaste??
jajaja!!
yo vivo cerca al monumental asi q esas "guerras" entre buses son algo q veo cai constantemente...

Los hinchas son tan euforicos en los clásicos q da miedo...
Felizmene siempre son escoltados x serenazgo y la policia cuando pasan x mi calle

Ultimas Virgenes dijo...

me encantó tu blog

LACHATA

g a b y m o r t e m dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA no puedo evitar reirme!
pero qe obra de arte es esta!
jajajaja
escribes como los mismos Dioses & tal & como me gusta ;)
lo disfrute, lo vivi

& qe lechero, no pagaste (:
& chupaste gratis!.

El clasico es EL CLASiCO "peee' .. "

Ay como extraño viajar en combi .. ='( ..

.. mientras leia movia mi cabeza
dandote la razon en qe nadie es qien para criticar de esa manera algo qe no puede cambiar :|
mas no te negare qe me defeque de risa,
ten por seguro qe pasare por aqi
seguido (:
es mas..

mereces ser puesto
en mis enlaces,
;)

muaaaaaaaa*

Pasajeros inteligentes que pagan con sencillo...