De todo, como en botica

Saludos, compañeros ý amigos de la vía pública, pulmones de smog, rostros de fatiga vespertina y ojeras burtonianas, amigos del pasamanos y soñadores de un asiento acolchado, almas sufrientes que saben que en la combi no es chevere la música, ni el carro ni el chofer. ¿Por qué esa desilución?, porque la alegre atmósfera de estas latas de grated encargadas de llevarnos al trabajo no contribuyen en lo más mínimo a hacerte sentir mejor cuando tienes que levantarte temprano para ir a la universidad. ¿Lírico?, no; ¿artístico?, menos; ¿inspirador?, ni de lejos; ¿cierto? sí, ouch, es que así es este humilde espacio para los hijos de la cultura combi.

A lo que nos interesa y da nombre al post, es que no me siento muy artista amanerando estas líneas para dar colorinches verbales a algo común y silvestre, pero facinante a la vez: En nuestra realidad actual, moderna y twittera, ir a la librería, asegurar tus llaves con una buena cadena, recorrer cientos de pasillos snob con vendedoras pedantes en apoteósicos centros comerciales en busca el regalo perfecto para tu pareja, correr alegremente a la bodega de la siempre sonriente señora de mandil a cuadritos y brazos de camionero y hasta encontrar algo de refrescante autoayuda en las palabras de inspiración de los discípulos, imitadores y amigos de Deepak Choprah ha quedado absolutamente relegado y forma parte del olvido. Ahora el "ir de compras" es algo anacrónico cuando puedes recibir lo que buscas y al mejor precio en la comodidad de tu asiento, ¿gracias a quien?, a los vendedores ambulantes que suben día a día a la combi para ponerle a tu vida las 3 "B" que la harán más simple: bonito, barato y bamba.

LOS LAU CHUN

Este inusual hombre de ventas, cuya ha imagen ha ido en detrimento, es toda una librería andante. El combo de lapicero, tajador, dos lapices, borrador de papa, portamina con su cajita de minas (poco falta para tu cuaderno A4 y tu título profesional) al módico precio de un nuevo sol, varón, amiga. Y decía en detrimento porque atrás quedaron las épocas donde nuestro amigo comerciante de útiles de escritorio subía a la unidad de transporte debidamente enternado y con su fotocheck, solapín o cuanto distintivo pudiera tener la agencia o tienda que lo enviaba; ahora es distinto: armado con las mismas bolsitas con las que puedes adquirir tus cocadas en jirón ayacucho, nuestro hombre de negocios urbano ha mutado a un ciudadano común y corriente (más corriente que común) vestido de gorra de atún Bayovar y polo de Bon o Bon dispuesto a hacer caer a algún incauto que crea en la inmortalidad del mosquito y, por qué no, en la de los productos que le vienen dentro de la bolsita de a sol. Dígale adiós a la cartuchera para su hijo, la bolsita con útiles de a sol es la nueva solución, pero claro...solo hasta que se ponga el sol. Lo cierto es que, en su mayoría de casos, estos lapiceritos y utencilios milagrosos no son más que recargas languidecentes que ven el fin de su existencia al llegar a las manos del cliente, quien siempre tendrá la razón, pero no tendrá tiempo de reclamar.

LAS BODEGUITAS ANDANTES

Imposible olvidarse de ellos: Bolsa (casi siempre de marca Sayón) gigantezca atiborrada de golosinas, y otras tantas adherida a una tira de cartulina que va en la otra mano. Mil marcas pueden haber, pero nunca faltarán las galletas Chaplin, los cañonazo, sublime, las gomitas Mogul de colores (¿alguien sabe si eso se disuelve en el estómago?) y las inmortales "rellenitas" de menta, chocolate y fresa de a seis por cincuenta. Otro detalle importante es la prisa que llevan; siempre parecen subir al bus con la predisposición a no tener éxito en sus ventas, por lo que aceleran por el pasillo exhibiendo su producto y limitándolo a "ahí tiene Chaplin, Cañonazo, wafer wafer, wafer". Vamos, querido vendedor(a) de golosinas, hay mucho más por vender, ¡ey no te vayas, sí quiero comprar Chaplin!.

CANCHITAS, MANÍ, HABAS

En cuanto al sector "golosinario" se refiere, existe otra variante aún más segmentada: aquellos vendedores que se han dedicado únicamente a las frutas secas y a los snacks salados. Fuente de plástico en mano, recorren las calles y los buses en busca de agitados transeúntes que quieran hacer un alto en su atareado día a día para disfrutar de un antojito de maní tostado o bañado con azúcar derretida (el causante de cientos de crisis infantiles de 'mamá yo quiero' a bordo de los buses), habas tostadas saladas y la infaltable canchita. Ahora, si el cliente es más especial y gusta de los retos, el maní y las habas pueden ser puestas a su disposición con cáscara y todo, como para que se entretenga luchando contra la dura coraza en busca del ansiado producto en su interior. Estos comerciantes especializados en piqueos de ocasión gozan de mayor éxito entre los viajeros y casi nunca se bajan sin una o dos ventas aseguradas. Vamos, aceptémoslo, ¿quién puede resistirse al crujir de la azúcar derretida que endulza el paladar para acompañarlo luego con la consistencia de un delicioso y sano maní? ¿quién va a a estar preparando palomitas de maíz antes de irse a trabajar?. Y lo más genial de todo no hay fechas de caducidad, marcas, publicidad, alza de precios (¿galletas de 60 céntimos?, no se pasen, pues...) ni otro vicio económico en la inocente frasesita "canchitas, maní, habas" (canchitas, sino, no).

AHORA O NUNCA

Generalmente, este tipo de vendedor es un derivado de las bodeguitas andantes, solo que debidamente uniformados con la marca a la cual representan llevándola hasta solapín. Llámese Pall Mall, Cañonazo, Halls, Cua cua u otro producto que renueve promoción, serán vendidos al público a tres por un sol, cuatro por un sol u otra descabellada oferta que no encontrará en otra bodega porque se lo pretenderán vender a 60 la unidad (sí, lo acepto, estoy obsesionado con el tema). Algo particular que notaremos, es que llevan dos o tres veces más apuros que sus primos informales, con un speech aprendido (lleve, lleve la oferta, la ofertay con menos gracia que los anteriores, habrán recorrido todo el bus en menos de lo que usted saca un chivilín de su billetera.

PORTADOCUMENTOS

Siempre a un nuevo sol y con la mejor disposición, estos negociantes le traen a usted el portadocumentos más seguro del mundo, forrado en cuero argentino importado y con mica blindada de látex plastificado antibalas que aleja la humedad y las inclemencias ambientales de su preciado DNI, Carné Universitario, tarjeta de crédito, tarjeta Moy, teléfono del agarre y cuanto papel lo requiera. Si se siente deprimido, no se preocupe, casi siempre su adquisición vendrá con una tarjetita romanticona en colores chillones indicándole el destino amoroso de un signo zodiacal que no es el suyo, o recordándole el ingenioso verso de algún poeta muerto. No hay que ser un genio para saber que dicho portadocumentos se desgarrará al contacto con la billetera, que las micas se desprenderán a los dos días y que no será muy gracioso hacer cola para recuperar el DNI que se escurrió de su seguro tarjetero. Pero claro, un portadocumentos descartable puede sacarnos de apuros.

OLÉ OLÉ, FRUGELÉ

Estos vendedores de caramelos, gomitas, bombones "Olé Olé" son, en su mayoría, niños y representan una cultura y características tan propias y anecdóticas que requerirán de un próximo post más amplio cuya extensión les haga justicia.

AFUERITA NOMÁS

La película que no pudiste ver en el cine (porque no pudiste ir o porque el director aún no termina de filmarla), el libro de Jaime Bayly que no pudiste pagar en Crisol, el carrito de colección que calmará al comprador compulsivo que habita en el interior de tu hijo, el calendario cívico escolar con la fecha en que se murieron todos los papas, el código actualizado de tránsito, rompecabezas, mapas, libros para colorear, cubos mágicos, pollitos de cuerda, ratas muertas de juguete y hasta su alma, estos caballeros de mandil blanco y gorro de alguna marca de golosina nunca entrarán a la combi, pues el producto a vender suele ser siempre demasiado grande. Convertidos en unos stands humanos, estos hombres y mujeres aprovecharan los interminables (sin exagerar) y aburridos minutos de atolladero vehicular para traerle el último éxito de Pedro Suárez Vertiz, los Jonas Brothers o Shakira en un disco de colección con los éxitos del 2014. Anímese, los precios son módicos y, casi siempre, tendrá un sus manos un producto completo o q funciones. Cuestión de suerte, no pida más, recuerde que lo compró en el paradero.

SANTA PALABRA


Ya no ya. Olvídate de Z Bookstore, Crisol, Phantom y todas esas cachetadas a la pobreza: libros con los grandes pensamientos de los grandes filósofos y sus grandes lecciones de vida para los grandes ociosos creyentes en la reencarnación, la interpretación de los sueños, pie grande, la mamá de tarzán, el manual del pendejo y otros misterios de la humanidad. Con un solapín de "Nueva Acrópolis" o "Nueva era", el mozuelo militante de algún culto esotérico intentará venderle al respetable el camino a la felicidad y la plenitud a tan solo dos soles y en un tamaño portátil como para llevarlo en la cartera. Si la sabiduría universal le asusta, siempre puede adquirir los mejores chistes, aprender inglés en una hora, consultar su horóscopo chino, hindú, tailandés, mochica o maya en la comodidad de su asiento. Lo importante es no quedarse sin hacer nada camino al trabajo o de vuelta a casa. Por cierto, revise que esté bien impreso, no sea que compre solo tapa de cartón y termine con ganas de enviar al Nirvana al místico farzante.



Si tú, estimado lector, pudiste identificar a algunos de estos personajes, si alguno de ellos se ha acercado a tu asiento para insistirte en que no le des tu indiferencia y lo apoyes con diez centavitos que no te llevarán a la pobreza ni a la riqueza, entonces habrás podido comprobar que el ingenio del peruano es tan grande como sus ganas de salir adelante trabajando en todas sus formas posibles. Es un poco más tranquilizador el hecho de que cada vez suban al autobús más de estos pintorescos negociantes y menos amigos de lo ajeno que te invitarán a desprenderte de tus posesiones, celular en primer lugar. Hasta el próximo post, unas Chaplin, por favor.

Omnisciencia y click

"Espero aprender absense para ganar dinero con mi blog y así pagar la pensión."

¿Qué le espera al periodismo en los próximos 15 años? (Musiquita futurista de fondo, por favor)

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El periodismo tradicional, como hoy en día lo conocemos, está condenado a sucumbir ante la instantaneidad y personalización de la información que el internet ofrece cada vez más con mayor exactitud y precisión. El mediacidio, la muerte definitiva de un medio, será evitable para quienes se nieguen a entiender la revolución de la sociedad de la información. La interactividad es la clave para sobrevivir en un mundo que avanza y no perdona al desactualizado.

Las resistencias del periodismo en “papel y tinta” serán vencidas una a una por alianzas entre las grandes corporaciones de tiendas por internet, redes sociales y óptimos buscadores que fusionarán la rapidez, la veracidad, y el conocimiento detallado del lector (gustos, zona geográfica, nivel socio-económico, fotos y todo cuanto el lector ha decidido publicar amistosa e inocentemente para compartir con quien lo quiera conocer) a fin de proporcionarle en tiempo real la información de su particular interés y necesidad. ¿Magia?, no, monitoreo.

Los medios de prensa no cederán ante tal desplazamiento cibernético, por lo que emprenderán querellas contra las principales mentes de la red argumentando el robo de la propiedad intelectual, la violación de la privacidad y cuanta argucia legal les permita alzar su voz abanderada y tradicional; aunque nadie puede extrañar lo que libremente otorga: la creciente tendencia de los lectores o cibernautas a compartir y difundir información personal a través de la publicación en cuanta ventana electrónica esté abierta a admitirla será la clave del éxito de los gigantes de la red que aprovecharán cada dato proporcionado para asegurar clientes, lectores y consumidores bajo el principio básico de “la sugerencia o recomendación on-line”.

Si en esta lucha de los medios físicos por la sobrevivencia, el papel alcanza una medida renegada, será la del panfleto o el boletín informativo, lo cual implicará un retorno a las formas más remotas de la prensa como folleto o gaceta.

Inmediatamente, a la hegemonía de los medios informáticos y la interactividad entre el medio y su lector (que será a la vez “ciber-periodista”), sobrevendrá la personalización al extremo: la capacidad de cada persona para generar y compartir información instantánea en permanente conexión con su entorno mediante dispositivos provistos con el sistema Global Positioning System (GPS) u otra alternativa semejante: mi alegre mp10, iPod “don’t touch me anymore” me dirá dónde es mejor estacionarme, dónde ir a comer con mi novia, o dónde estará para evitarla si le estoy siendo infiel.

A final de este juego de poderes, el único ganador será el lector, que tendrá lo que quiera en el momento en que lo quiera. El periodismo en su esencia de información debidamente tratada, enfocada, segmentada y comercializada no ha de morir, mas si la forma tradicional e impersonal del mismo ante un lector que tarde o temprano se hartará de una agenda setting que le diga qué demonios leer y sobre qué asombrarse.

Tomando las palabras de Andrés Azócar, Periodista y director de Escuela de la UDP, no es lo mismo augurar el fin de una industria que predecir el fin de una profesión, por lo que no podemos hablar de “la muerte del periodismo como tal”, solo la convergencia y mutación de la misma: el show de hoy y ya no el de ayer. Cuanto más “ahora”, mejor. ¿Entenderá eso la prensa?, no hay un “no” por respuesta. Alt + F4

Pasajeros inteligentes que pagan con sencillo...